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Tesina di maturità sulla teoria lombrosiana , Tesine di Maturità di Criminologia

Tesina in lingua spagnola sulla teoria lombrosiana. La conceptión de la mujer delincuente en la criminologia. La teoria lombrosiana. Indice 1. Introdución 2. Parte primera: La conceptión de la mujer delincuente en el pensamiento de Lombroso. 3. Parte segunda: Perfil criminologico de la mujer delincuente en la actualidad. 4. Conclusión. Tesi di crimonologia.

Tipologia: Tesine di Maturità

2012/2013

In vendita dal 29/05/2013

shy
shy 🇮🇹

4.5

(23)

14 documenti

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Scarica Tesina di maturità sulla teoria lombrosiana e più Tesine di Maturità in PDF di Criminologia solo su Docsity! TITOLO La conception de la mujer delincuente en la criminlogia. La teoria lombrosiana INDICE 1. INTRODUCIÓN 2. PARTE PRIMERA: La conceptión de la mujer delincuente en el pensamiento de Lombroso. 3. PARTE SEGUNDA: Perfil criminologico de la mujer delincuente en la actualidad. 4. CONCLUSIÓN BIBLIOGRAFIA: “ Ellas matan mejor – 50 crímenes cometidos por mujeres” de Francisco Pérez Abellán, ed. ESPASA. “ Mujeres letales – Historias de asesinas, policías y ladronas” de Manuel Marlasca y Luis Rendueles, ed Temas de Hoy. El medico italiano, en su libro, dividió las mujeres en dos categorías: las buenas y las malas, tratando de localizar las señales físicas de la "maldad" femenina. Según él, la "mujer criminal" tiene características físicas que la acercan más a los hombres que a las mujeres normales: características típicas de la "delincuente nata." Lombroso enumeró infinitas monstruosidades antropométricas y fisonómicas , precisando que las anomalías, especie aquellas externas, son más difíciles de reconocer, hasta que persistan en la mujer la belleza de la juventud y el frescor de las carnes. Si la mujer es inferior al hombre en todos los aspectos de la vida, también lo es en el ámbito del crimen. En efecto, la mujer criminal reproduce algunos tratos masculinos y, a menudo, a estos carácteres viriles se suman las calidades peores de la psicología femenina, es decir: "la inclinación a la venganza, la astucia, la crueldad, la pasión por la ropa, la mentira, el rencor, el engaño”. Lombroso, en sus estudios, individuó diversas características. llamó “tipo completo” a la mujer que reunia cuatros ó más catacteres degenerativos, “mezzo tipo” la que presentaba por lo menos tres caracteres y “0 tipo” cuando existian una o dos anomalías. Las anomalías más frecuentes entre las mujeres delicuentes son: depresión craneana, mandíbula muy voluminosa, plagiocefalia, espina nasal enorme, fusión entre el atlas y el occipital, senos volumisonos, huesos frontales pesados; mujeres feas por lo general. Existen también diferencias en los tatuajies entre hombres y mujeres: en el varón predominan, por lo general, epigramas obcenos, o de venganza, mientras que la mujer emplea comúnmente iniciales o símbolos que denotan casi siempre menos ingenio y menos fantasía, un rasgo de menor inteligencia. La simplicidad del tatuaje femenino muestra además su atavismo. Otras características de las mujeres delincuentes, según Lombroso, es que a este tipo de mujer le gusta escribir cartas, tiene una mayor resistencia al dolor que el hombre delincuente y tiene tendencia a la calvicie. Durante la menstruación, la mujer en el tercero y cuarto días ve modificado su apetito; la cantitad de orina, los pulmones y la piel despiden un aroma especial e incluso la voz cambia. Por otra parte se vuelve impresionable, sugestionable, más inclinada al hipnotismo, cleptómana y con tendencias suicidas. A través de su extraordinaria obra Lombroso fue desarrollando su clasificación de mujer delincuente, que coincide, el lo esencial con la clasificación definitiva presentada en la cuarta edición de el hombre delincuente; pues: delincuente nata, pazza moral, epiléptica, loca, histérica criminaloide, ocasional habitual, pasional. Los rasgos tipicos de la delincuente nata son: tendencia al tipo masculino, deminución de caracteres sexsuales secundarios, erotismo excesivo, placer por la vida, afectos duraderos, disipada, audaz, sugestionable, gustos por los exercicios violentes, exageradísima inclinación a la venganza, crueldad, comete con frecuencia diferentes delitos, avara, excesivamente religiosa, posee un sentimentalismo dulzón y es altruista. En cambio, los sintomos de la pazza moral se presentan en el primer período del matrimonio, con la evasión de la gravidez, que le repugna porque alteraría su belleza. Tiene una viva pasion por la moda imperante, es vanidosa, al errepentirse amenaza con el suicidio o con abandono del techo doméstico, no educa a sus hijos y les da ejemplos perniciosos, odia hasta su proprio padre, tiene delirio de celos del marido, es melencónica, obscena y sufre de analgesia latente. Por cuanto concerne la delincuente epiletica, la diferencia en número de los epilepticos delincuentes hombres y de mujeres se debe a la corteza celebral de la mujer que es igualmente irritable que el hombre en el centro motor pero menos que en el centro psíquico. La epilepsia en la mujer genera demencia, imbeciliad y se observa además una psicopatía sexual. La delincuente pazza padece epilepsia en menos proporción que las prostitutas; tienen debilidad para cometer delitos premeditados con disimulo; sus caracteristicas esenciales se agudizan en la época menstrual, gravidez y menopausa; son exegeratamente sexsuales (siempre están excitadas) y muy impulsivas. En cambio/por contro, las caracteristicas fundamentales que el maestro de Turín señala en las delincuentes histéricas son: egoismo, preocupación por el escándalo y opinión pública, ferocia, calumniadora, iracionalidad, voluntad inestable, falsidad, sugestionabilidad, tendencia a variar escritura, curiosidad, grafomanía, tendencia al suicidio, al hurto y al enevenamiento de parientes. Al reves, la delincuente ocasional no posee caracteres degenarativos y fisiológicos, y tiene sentimiento de maternidad y pudor. Delinque por sugestión del macho, que en ocasiones es su amante; por falta de instrucción, por haber sufrido abandono o corrupción infantil; por ingenuidad o mendicidad. Por último, Las delincuentes pasionales son jóvenes y sin características degenerativas y fisionómicas. Además, poseen sentimientos y pasiones muy vehementes; son intensas en sus sentimientos amorosos, egoístas y celosas. Paralelamente, Lombroso, desarrolla la clasificación de la prostituta dividendola en prostituta nata, pazza moral, ocasional y individua en ellas algunas características típicas: la estatura, la apertura de brazos y longitud de las piernas inferiores que las de la mujer honrada; la circunferencia toráxica más anchas; manos y tibias ligeras; pie corto; diámetro craneano facial mínimo; color del pelo y iris oscuro. Según la opinión del médico italiano, la prostitución, que fue prerrogativa exclusivamente femenina en el pasado, era el equivalente sustitutivo del delito, es decir el modo que la mujer tenía para expresar su inadaptación a la vida de relación. En definitiva, él cree que las mujeres son más crueles que los hombres, además de ser vengativas, feroces y frías. La mujer homicida juega con la idea de disponer de su víctima por razones que le parecen justas; si decide matar es capaz de justificar el acto e inventar una misma moralidad apta a aquel particular caso. Por esta razón, la mujer es casi naturalmente loca y por lo tanto fácilmente una criminal. En efecto, la relación entre útero y cerebro es considerada muy estrecha: las menstruaciones podían llevar a impulsos hacia la cleptomanía, la piromanía, el robo, el homicidio y el suicidio. De toda manera, en su obra, Lombroso afirmó que: “Un modo para disminuir algunos delitos especiales de las mujeres, delitos de sugestión o pasión como el envenenamiento del marido, sería facilitar el divorcio por incompatibilidad de carácter y cambiar las leyes sobre la boda que ponen la mujer en una situación de gran inferioridad con respecto del hombre." Ésto es, en síntesis, el pensamiento del criminólogo. Los estudios posteriores sobre el perfil criminologico de la mujer delincuente seguirán la línea trazada por el mismo, repitiendo como rasgos de la mujer delincuente su sugestionabilidad, mayor crueldad, tendencia al suicidio, alteraciones de la agresividad consecuencia de los cambios producidos por el ciclo biológico, etc. Es decir, se olvidarán las circunstancias sociales para fijar la atención en determinadas características psicológicas de la delincuente, admitiendo implícitamente la idea de que el hombre delincuente "se hace" mientras que la mujer delincuente "nace". Aunque muchos critican a Lombroso argumentando que no pudo generar una teoría viable sobre el crimen, no erró en fijar su atención en las características físicas que son de importancia. Tanto la familia, la sociedad y la crisis económica propician que una mujer cometa actos al margen de la ley. La impotencia y la frustración por no poder satisfacer sus necesidades más elementales, las orillan a cometer actos irracionales y desesperados. Además hay otras mujeres donde la influencia del hombre y la relación que mantienen con él las lleva a verse involucradas en actos delictivos. La violencia intrafamiliar es un factor preponderante en el riesgo de la delincuencia futura. Se refiere a la violencia que tiene lugar dentro de la familia, ya sea que el agresor comparta o haya compartido el mismo domicilio, y que comprende, entre otros, violación, maltrato físico, psicológico y abuso sexual. Las relaciones afectivas de la infancia, determinarán en gran medida la vida del adulto, por lo que los padres tienen una responsabilidad de brindar intimidad, autoridad y educación adecuadas para el buen desarrollo de la psique del niño. La influencia del medio familiar sobre el nivel y el tipo de aspiraciones del sujeto, es un factor importante, ya que determina sus ambiciones futuras. La mujeres criminales se dividen en dos grupos según su nivel socioeconómico y educativo. En el primero están las mujeres que son pobres, desempleadas; que están en situaciones de promiscuidad, alcoholismo, desnutrición o vagancia. Condiciones que las afectan severamente en su desarrollo físico y mental, determinando en ellas una mayor inclinación por la conducta delictiva. La figura paternal de esta tipología de mujeres criminales puede ser reconducida a tres diferentes tipologías: padre autoritario y despreciativo; padre débil, pasivo, mal proveedor y derrotado; y padre ausente. También, es importante la figura de la madre y el ejemplo que de ella se recibe; por esto la ausencia de la figura maternal provoca resentimientos y agresividad. Desorientadas, con vacío afectivos y sin ningún apoyo, estas mujeres aprenden a defenderse oponiéndose por sistema a todo y a todos; son desobedientes y rebeldes. En su búsqueda afectiva sólo encontrarán amores ocasionales y más miseria económica. Sus relaciones de pareja son conflictivas, transitorias e inestables; denotan sus dificultates para crear vínculos afectivos duraderos. Se marginan, tanto familiar como socialmente. La conducta antisocial y delictiva de estas mujeres estará guiada por una mezcla de sentimientos: los de injusticia familiar y social, los deseos de autoafirmación ante el hombre, los de reto a la autoridad y los de autoagresión. En otros casos, será su timidez, su agresión reprimida, su aislamiento y el temor al abandono, los que originen que obedezcan y se subordinen a un hombre o a una mujer para delinquir. La desesperación por la pobreza, el abandono o el trato agresivo de que son objeto constituyen factores comunes que propician los actos delictivos de la mujer. El segundo grupo, está formado por aquellas mujeres de un nivel socioeconómico alto y mejor escolaridad. Estas son más audaces e inteligentes, saben manipular tanto al hombre como a la mujer, y demuestran más iniciativa. Niegan tener antecedentes delictivos o conflictos familiares aparentes. Pero en realidad provienen de familias afectivamente distantes, rígidas, tiránicas, con poca comunicación, y que las presionan para ser autosuficientes a temprana edad. Incluso se ven obligadas a ser proveedoras de la familia, o a dejar el hogar paterno. También pueden provenir de familias venidas a menos económicamente. Son mujeres que roban para proveerse de los bienes y satisfactores a que están acostumbradas y que ya no pueden procurarse de la manera habitual, tienden a negar su delito, son muy convincentes y hacen alarde de su habilidad para burlarse de las autoridades. La gran incidencia del factor familiar en la conducta delictiva de las mujeres deriva de la circunstancia que la mayoría de ellas viven, debido a estas costumbres culturales y educativas, en estrecha relación con el núcleo familiar y con el habitat de su casa-grupo familiar.. Además, se ha comprobado que uno de los factores relevantes relacionado directamente con niveles, causas y tipo de delito, es el nivel socioeconómico de los delincuentes, mismo que está relacionado directamente con la educación, la cultura, la familia, la sociedad, la psicología, y la economía del individuo. Finalmente, en cuanto a la actividad laboral desarrollada, un 63% se dedica a labores del hogar, de las que el 43,3% lo realizan en su propio domicilio y el 19,4% en ajenos (es decir, son empleadas de hogar). El 8,2% se dedica a ejercer la prostitución, el 3% a la industria y el 26% al sector servicios. La inestabilidad personal, el escaso nivel cultural y las profundas transformaciones sociales producidas, que dejan a la mujer "sin la cobertura económica" que suponía tradicionalmente el matrimonio y la falta de una simultánea labor de instrucción, formación y oferta de oportunidades en el ámbito laboral, empuja a estas mujeres a encontrar en la delincuencia su modo de vida. Existe, además, una franja de edad en que se comenten más delitos. Según los expertos, esta edad es aquella de 19 años a 35, que es de un 60 %, y de 36 a 55 años es de 25%, mientres entre 14 a 18 años hay una percentual menor, del 15%. en relación a la edad, que a menor edad las conductas son sumamente autodestructivas (prostitución, drogadicción, infanticidio) y posteriormente predominan conductas de robo, estafas, tráfico de drogas y delitos pasionales. En las conductas femininas delictivas y antisociales más frecuentes se puede mencionar el homicidio, el robo, el trafico de drogas y la prostitución. El homicidio se produce en la mujer para solucionar un conflicto interpersonal, que se desencadena después de un lento proceso en el que la mujer se siente despreciada, marginada y humillada. Por lo general el marido alcohólico que la golpea, que la agrede física y moralmente, es el inicio de sus sentimientos de venganza manifestados de una manera muy lenta. Son los crímenes en que la mujer espera una circunstancia en que la víctima se encuentre de espalda, dormido para agredirlo hasta matarlo; en otros casos el envenenamiento en pequeñas dosis. Dentro de los diferentes tipos de homicidios en la mujer predomina el delito de homicidio por identificación emocional (el homicidio pasional). Es difícil, observar que una mujer llega a una conducta de homicidio por una problemática de alcoholismo, como se ve muy frecuentemente en el hombre. También no es muy frecuente observar que llegue al homicidio por búsqueda de dinero o por una discusión o pelea, sino que siempre predomina el elemento afectivo y la agresión no es manejada como con el hombre, impulsivamente, sino es preparada minuciosa y sádicamente. Se han observado homicidios de tipos psicóticos con procesos paranoicos en que la mujer se cree perseguida, con conductas delirantes. La enferma funda una convicción en multitud de signos, de detecciones, falsas coincidencias y razonamientos, descubre poco a poco que le siguen los pasos, que le acusan de algo, que compromete su honor. Estas personas enfermas disimulan largo tiempo y perfectamente su delirio persecutorio, pero con el tiempo acaban por señalar un enemigo principal o alguien que le hace daño mágicamente. También en estos crímenes se observa que a veces la mujer no es la autora del crimen, sino la instigadora que convence al marido o a otro familiar par que convierta el homicidio. Sin lugar a dudas en la mayoría de los crímenes de la mujer existe una relación afectiva ente el autor y victima del crimen, es decir hay un proceso emocional que desencadena el crimen.
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